El Camino Inca de 4 días es una de las rutas de trekking más emblemáticas del mundo. Este recorrido, que sigue los antiguos senderos construidos por los incas, lleva a los viajeros a través de paisajes andinos espectaculares, exuberantes bosques nublados y fascinantes sitios arqueológicos. Culmina en la majestuosa ciudadela de Machu Picchu, alcanzada al amanecer a través de la icónica Puerta del Sol (Intipunku).
Con una mezcla perfecta de historia, naturaleza y espiritualidad, el Camino Inca es mucho más que una caminata; es una experiencia transformadora que conecta a los viajeros con el legado de una de las civilizaciones más avanzadas de la humanidad.
El Camino Inca es un tramo de la extensa red vial inca conocida como Qhapaq Ñan, que conectaba todo el Imperio Inca. La ruta clásica de 4 días abarca aproximadamente 42 kilómetros y atraviesa paisajes variados, desde valles y montañas hasta bosques tropicales.
A lo largo del camino, los excursionistas tienen la oportunidad de explorar sitios arqueológicos como Patallacta, Runkurakay, Sayacmarca, Phuyupatamarca y Wiñayhuayna, antes de llegar a Machu Picchu. Cada sitio ofrece una visión única de la historia, arquitectura y cultura incaica.
La aventura comienza en el Km 82, donde los caminantes cruzan el río Urubamba y pasan por el primer sitio arqueológico, Patallacta. El sendero sube suavemente hasta el campamento en Ayapata, ofreciendo vistas espectaculares del valle y montañas cercanas.
El segundo día es el más desafiante, ya que implica el ascenso al paso Warmiwañusca, conocido como el «Paso de la Mujer Muerta», a 4,215 metros sobre el nivel del mar. Después de alcanzar este punto alto, el sendero desciende hasta el campamento en Pacaymayo.
El tercer día es el más variado y fascinante. Los caminantes visitan varios sitios arqueológicos, como Runkurakay, Sayacmarca y Phuyupatamarca, mientras atraviesan bosques nublados y senderos de piedra originales. El día termina en el campamento de Wiñayhuayna, el último antes de llegar a Machu Picchu.
El día final comienza temprano para llegar a la Puerta del Sol (Intipunku) al amanecer, desde donde se obtiene la primera vista de Machu Picchu. Después de explorar la ciudadela con un guía, los caminantes regresan en tren o autobús a Cusco.
El sendero atraviesa una diversidad de ecosistemas, desde montañas altas hasta bosques tropicales, hogar de flora y fauna únicas, incluyendo orquídeas, colibríes y llamas.
El Camino Inca es más que un trekking; es una conexión con la espiritualidad andina. Los incas veían estos senderos como rutas sagradas, y los rituales asociados con el agua, el sol y la naturaleza todavía resuenan en el camino.