Entre los objetos más sagrados de la civilización inca, el Disco Solar de Oro destaca por su impresionante simbolismo y misteriosa historia. Hace siglos, dominaba el Coricancha reflejando los rayos del sol con tal fuerza que parecía iluminar el imperio incaico entero. Algunos historiadores sostienen que podría haber servido como calendario lunar, mientras que las leyendas le atribuyen propiedades místicas. Sin embargo, este símbolo de poder desapareció con la llegada de los conquistadores. ¿Cómo pasó de ser un ícono sagrado a perderse en un incendio, cruzar fronteras y regresar triunfante a Cusco en el siglo XXI?
Descubre cómo un objeto circular de apenas 13.5 cm de diámetro se convirtió en el epicentro de mitos, ceremonias y disputas culturales.
El Disco Solar de Oro conocido como la Placa Echenique era un objeto sagrado de los incas, un artefacto circular elaborado en oro puro que representaba al sol, la divinidad principal de la cosmovisión andina conocida como Inti. Este disco no solo era un símbolo religioso, sino también un ícono de poder y conexión espiritual.
Esta pieza destacaba por su diseño elaborado, que reflejaba la perfección y el simbolismo del astro rey. Su superficie contenía grabados que representaban rayos solares, junto con posibles inscripciones o símbolos relacionados con la astronomía, los ciclos de la naturaleza y las creencias incas.
Este símbolo sagrado, alguna vez ubicado en el Templo del Coricancha, desapareció con la llegada de los españoles, dando pie a múltiples teorías sobre su destino. En 1853, el expresidente José Rufino Echenique recibió una colección de objetos de oro, incluida esta pieza, conocida posteriormente como la «Colección Echenique».
El historiador inglés Clements R. Markham documentó el disco en 1883. Más tarde, Julio C. Tello descubrió que la colección fue enviada a Santiago de Chile, donde se perdió en un incendio. Años mas tarde 1912, el coleccionista Eduard Gaffron vendió el disco al estadounidense George Gustav Heye, fundador de un museo precursor del actual Museo Nacional del Indio Americano del Smithsonian.
En 1986, el disco, conocido como la Placa o Sol de Echenique, fue declarado escudo oficial de Cusco por su profundo valor cultural. En una ceremonia oficial, el presidente Francisco Sagasti lo reconoció como el «Sol del Cusco».
La datación del Disco Solar varía según los expertos. John H. Rowe fecho su creación alrededor del 500 a.C., mientras que Luis Guillermo Lumbreras lo identificó como un pectoral perteneciente a la cultura Marcavalle, con una antigüedad aproximada de 3000 años. Algunos investigadores sostienen que este objeto era un símbolo exclusivo de los gobernantes incas.
El disco solar de oro, el objeto más sagrado de la cultura inca, ocupaba un lugar central en el Coricancha, el templo principal del imperio. Este símbolo de culto a los dioses elaborado en oro reflejaba los rayos del sol con tal intensidad que iluminaba el templo y era visible desde lejos.
El arqueólogo Julio C. Tello lo relaciona con el dios Wiracocha, mientras que el historiador Clements R. Markham sugirió que funcionaba como un calendario lunar para organizar rituales.
El Disco Solar encarnaba la representación física de Inti, el dios sol. Como símbolo divino, se creía que contenía la energía del universo y era fundamental para mantener el equilibrio entre los mundos espiritual y material. Además, simboliza la fertilidad y la conexión con los dioses. Era un recordatorio de la importancia del sol en la vida diaria, no solo como fuente de luz y calor, sino también como guía espiritual. Este disco también representaba la dualidad de lo divino y lo terrenal, uniendo ambos mundos en un solo objeto.
Según el cronista Inca Garcilaso de la Vega menciona, en el testero del templo se colocaba una imponente figura del Sol, elaborada completamente en una plancha de oro. Esta representación mostraba un rostro circular rodeado de rayos y llamas de fuego, todo esculpido como una sola pieza. Es importante destacar que los incas, en su devoción exclusiva al Sol, no permitían la presencia de otros ídolos, ya fueran propios o ajenos, en aquel sagrado espacio. Este detalle refleja su estricta práctica religiosa centrada en el culto solar, sin diversificación hacia otras deidades.
Cuenta la leyenda que el dios Sol convertido en persona le apareció al inca Pachacútec durante la guerra contra los Chancas, quien lo animó a luchar y le mostró un espejo donde señalaba los territorios que debía conquistar, asegurándole la victoria. Tras este evento histórico, Pachacutec consolidó al dios Sol como la deidad principal de los incas, lo que fortaleció su autoridad y marcó el inicio de la expansión del Tahuantinsuyo.
El diseño del Disco Solar ha inspirado diversos elementos culturales, como el escudo de Cusco, por ser el símbolo de identidad del legado incaico. El 23 de junio de 1986, el consejo provincial de Cusco junto al alcalde Daniel Estarda Perez en una sesión solemne reemplazó el antiguo escudo colonial por la «Placa Echenique» como escudo oficial de la ciudad. Asimismo se prohíbe el uso de símbolos heráldicos de la época de la conquista como el antiguo escudo de armas. Este acuerdo municipal fue oficializado y publicado en el diario El Peruano el 2 de julio de 1986.
A lo largo de los años, varios esfuerzos han buscado la recuperación del Disco Solar. Desde el 2017, las autoridades peruanas han gestionado la devolución de la pieza de oro al Perú que se exhibe en la sede de Washington D.C. del Museo del indio Americano. En 2019, el Instituto Smithsoniano permitió su préstamo para una exposición en Cusco.
El 19 de junio de 2021, en una ceremonia por el Bicentenario de la Independencia, la pieza fue devuelta oficialmente al Perú. Finalmente, días después, el 24 de junio, el presidente Francisco Sagasti la entregó al alcalde de Cusco, Víctor Boluarte, durante la celebración del Inti Raymi en Sacsayhuamán, en representación del pueblo cusqueño y las comunidades originarias.