Hiram Bingham el explorador e historiador estadounidense es conocido por descubrir la ciudadela inca de Machu Picchu. Su legado no solo está marcado por este importante hallazgo arqueológico en el siglo XX, sino también por sus contribuciones a la investigación histórica y su rol como político. A lo largo de su vida, Bingham se caracterizó por su espíritu aventurero y su interés en la historia y cultura de Sudamérica. Su pasión por la cultura inca lo llevó a realizar expediciones que transformaron la arqueología y el turismo en Perú.
Descubre la fascinante historia de Hiram Bingham, un aventurero cuyo legado marcó un antes y un después en la historia inca. En este blog, te contaremos a detalle la vida y exploraciones. No pierdas la oportunidad de conocer más sobre Hiram Bingham y su increíble viaje.
Hiram Bingham III nació el 19 de noviembre de 1875 en Honolulu, Hawái, Estados Unidos, dentro de una familia de los primeros misioneros protestantes en la región. Sus padres, Hiram Bingham Jr. y Clara Brewster Bingham, le inculcaron desde joven el profundo compromiso de transmitir el mensaje cristiano a comunidades distantes, siguiendo la tradición de sus antepasados. Sin embargo su pasión por la aventura y la exploración le llevo por nuevos caminos hasta realizar grandes descubrimientos.
Hiram Bingham, desde muy joven mostró interés por la historia y la arqueología. Desde muy pequeño encontró refugio en los libros y su imaginación, sus padres solo le permitían leer la Biblia y un álbum verde con cuentos de moralidad. Sin embargo, a medida que crecía, comenzó a frecuentar la Biblioteca de Honolulu, donde podía leer cuanto quisiera. Allí, desarrolló un profundo gusto por «Las aventuras de Huckleberry Finn» de Mark Twain.
A los 16 años, regresó a los Estados Unidos para continuar su educación en la Phillips Academy, en Massachusetts, una prestigiosa institución conocida como Andover, con la esperanza de seguir los pasos de su padre. En 1898, se graduó en Administración de Empresas en la Universidad de Yale.
Más tarde, se mudó a Berkeley para cursar estudios de posgrado en Sociología en la Universidad de California. No obstante, decidió cambiar su enfoque hacia la Historia. Posteriormente Bingham partió a Cambridge para realizar su doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard, completó sus estudios y terminó entre 1900 a 1905.
La vida de Bingham dio un giro en 1900 cuando se casó con Alfreda Mitchell, heredera de la famosa joyería Tiffany & Company, una corporación de Nueva York, proveniente de una familia de alta sociedad. Juntos tuvieron siete hijos. El matrimonio le permitió acceder a los círculos de la élite estadounidense y le facilitó la financiación para sus expediciones, lo que marcó el inicio de su carrera como explorador.
Después de casarse y tener una vida cómoda y de prestigio en 1905 Bingham fue aceptado como profesor titular de la Universidad de Princeton, duró solo un año. En noviembre de 1906 y mayo de 1907 Hiram partió su primera experiencia como explorador.
En 1908 , volvió a Bingham Connecticut y comenzó a ejercer como profesor de Historia y Geografía en la Universidad de Yale. Después de muchos años de aventura, exploraciones y matrimonio Hiram Bingham terminaría divorciándose en 1937.
A finales de 1907, Hiram Bingham lideró una expedición por los Andes del Sur, en Venezuela y Colombia. Junto a su equipo compuesto por Max Rice, un joven alemán; Josh Obadiah Nero y Richard Harvey, caribeños de ascendencia africana y los venezolanos Rafael Rivas y Waldemaro, siguieron la ruta histórica de Simón Bolívar, en su lucha por la independencia.
Fue en este viaje cuando Bingham, vio por primera vez los majestuosos Andes, una cadena montañosa que atraviesa gran parte del continente sudamericano. Las impresionantes vistas de los lagos y los paisajes deslumbrantes dejaron una huella profunda en su corazón.
El viaje de Bingham por Venezuela resultó ser un verdadero desafío. Al llegar al pequeño pueblo de Agua Blanca, fue confrontado por un ranchero que lo acusó de ser espía o un militar disfrazado, refiriendo que ningún país gastaría dinero en explorar a otro sin intenciones de conquistarla.
Bingham explicó el malentendido, mientras las tensiones crecían debido a las sospechas de que EE. UU. intentaba derrocar al dictador Cipriano Castro. Tras su paso por Caracas, un mes y medio después, Bingham siguió su camino hacia Colombia.
En Colombia la travesía superó todas sus expectativas, Bingham encontró a Juan de Dios, un guía que salvó la expedición cuando insistieron en cruzar pantanos peligrosos. Se encontraron con los indígenas Yanuros, que al principio parecían hostiles, pero terminaron ayudando a la expedición.
Los mayores riesgos no vinieron de los indígenas, sino de las decisiones impulsivas de los exploradores. La búsqueda histórica casi les cuesta la vida. El 5 de abril, comenzaron a escalar los Andes, atravesando el frío páramo de Pisva. Aunque pasaron cerca del legendario lago de Guatavita, Bingham lo ignoró. El 21 de abril, finalmente llegaron a Bogotá, sanos y salvos.
El 28 de enero de 1909, Hiram Bingham, acompañado de Clarence Hay, hijo del secretario de Estados Unidos John Hay, que a su vez era secretario de Theodore Roosevet, llegaron a Checacupe, en Cusco. Ingresaron al valle del Huatanay a más de 3,500 metros de altura, donde Bingham descubrió un antiguo pueblo megalítico.
En Cusco, quedó fascinado por la riqueza histórica y la majestuosidad de los muros incas, visitó varias iglesias católicas y la plaza central de la ciudad. Se sorprendió al encontrar la Universidad San Antonio Abad del Cusco, fundada en 1598, la universidad más antigua, 38 años antes que Harvard.
Finalmente, llegó a explorar Sacsayhuamán, la fortaleza inca que lo dejó sin palabras por su magnitud y perfección arquitectónica. Para Bingham, era una de las obras más impresionantes que había visto en América. Según sus propias palabras: «Hay pocas vistas que sean más impresionantes que estas ciclópeas murallas». Le hacían recordar a los enormes templos y bellas murallas de las islas Pascuas de Hawai.
Bingham y Hay guiados por un soldado peruano el teniente Cáceres y el prefecto Nuñez partieron hacia el noreste con rumbo a Choquequirao, conocido como «cuna de oro» ,llegaron a alcanzar el río Apurímac.
El 7 de febrero de 1909, tras un arduo recorrido por un estrecho y empinado camino, llegaron a las ruinas. Descubrieron largas terrazas agrícolas incas cubiertas de vegetación. Mientras aguardaban en la plaza central, un cóndor andino volaba cerca de ellos, posterior a ello Nuñez esperaba que Bingham encontrase los tesoros escondidos de los incas.
Para Bingham, Choquequirao fue uno de los lugares más fascinantes que había encontrado, pero comprendió que no era el último refugio inca. La verdadera ciudad perdida de los incas aún permanecía oculta sin descubrir. “En ninguna parte he visto tanta belleza y grandeza como ahí” escribió Bingham.
El 25 de julio de 1911, Hiram Bingham emprendió una expedición en busca de la ciudad perdida de los incas, tras los pasos de Manco Inca, conocido como Vitcos, y de Vilcabamba la Vieja, su refugio religioso. La travesía los llevó río abajo hasta el pueblo indígena de Chaullay, donde cruzaron un puente y ascendieron por el río Vilcabamba. La primera parada fue en la hacienda de José Pancorbo, lo que finalmente los condujo a Vitcos y Yuraq Rumi. Este descubrimiento, aunque significativo, dejó a Bingham con más preguntas por resolver. finalmente Bingham supo que aun había mucho que descubrir sobre la resistencia Inca.
El 19 de julio de 1911, Hiram Bingham junto con Felipe Pinto comienza la búsqueda de la ciudad perdida de los incas. Partió del valle del Cusco, siguió el rastro de Manco Inca, pasando por el valle del Urubamba hasta Ollantaytambo, donde quedó maravillado por las ruinas y declaró que ese lugar «Merece ser un lugar de peregrinaje». En Ollantaytambo fue escoltado por dos escoltas militares, el Sargento Carrasco y Gumercindo Ore. El 21 de Julio Hiram se dedicó a explorar Ollantaytambo y tomar fotografías.
Al continuar su viaje el 23 de julio, Bingham, Harry Foote, William Erving, Carrasco, dos arrieros y dos porteadores continuaron su exploración hacia el Antisuyo río abajo llegaron a Mandor Pampa, donde conoció a Melchor Arteaga, quien los indico de la existencia de las ruinas en lo alto de la montaña Huayna Picchu. Aunque Bingham, esperaba encontrar Vitcos y Vilcabamba, decidió explorar todo a su paso.
El 24 de julio, a pesar de un clima lluvioso y frío, con neblina, Bingham, Arteaga y Carrasco emprendieron su camino desde Ollantaytambo. Siguieron un sendero que los llevó a través de una densa vegetación a lo largo del río. Al llegar a un puente de cuatro troncos, tuvieron que cruzar descalzos, apoyándose en sus manos y rodillas para mantener el equilibrio. A medida que se adentraba más en la selva, el camino se volvía empinado y resbaladizo debido al lodo, con caídas de gotas de lluvia desde los árboles.
Llegaron a una cabaña solitaria perteneciente a una familia de agricultores, los Richartes, quienes habían huido del abuso de un terrateniente blanco, buscando refugio y seguridad en este lugar. Para Bingham, esta cabaña no solo era un hogar, sino un lugar muy especial.
Arteaga, agotado, decidió delegar la tarea de guiar a Bingham a Richarte y Anacleto Álvarez. A su vez, ellos confiaron y encargaron a Pablito, el joven hijo descalzo de Richarte, que solo tenía ocho años. Pablito llevó a Bingham hasta las ruinas incaicas, donde finalmente pudo admirar la impresionante vista de Huayna Picchu y los antiguos recintos incas. Fue asi que Bingham descubrió Machu Picchu, oculta bajo una densa vegetación.
La majestuosidad de los templos, fuentes y palacios, construidos en terrazas que parecían descender del cielo, lo dejó sin aliento. Mientras exploraba cada rincón de este lugar sagrado, también tuvo la oportunidad de registrar el Intihuatana, un antiguo reloj solar que los incas utilizaban para medir el paso del tiempo y guiar su calendario astronómico.
Antes de la llegada de Hiram Bingham a Machu Picchu y se diera a conocer al mundo, ya había exploradores e investigadores y habitantes de la zona que ya tenían conocimiento de su existencia y su ubicación. Algunos académicos ya habían publicado algo sobre la fortaleza:
Después de su descubrimiento, Hiram Bingham continuó su carrera tanto en la arqueología como en la política.
En 1912, Hiram Bingham fue acusado de querer monopolizar la historia peruana, lo que generó un debate sobre el futuro de la arqueología en el país.
En 1915, Bingham volvió a Machu Picchu acompañado por el ingeniero Ellwood Erdis, el osteólogo George Eaton y dos trabajadores locales, Toribio Recharte y Anacleto Álvarez. Durante esta expedición, realizaron labores de limpieza y excavaciones, donde descubrieron tumbas incas.
Posteriormente, Bingham publicó sus descubrimientos en la revista National Geographic, lo que fue fundamental para resaltar la importancia histórica y arqueológica de Machu Picchu. Su contribución a la historia de Sudamérica es incuestionable.
Hiram Bingham dejó de explorar a mediados de la década de 1920, después de participar en la guerra y decidir enfocarse en su carrera política en Estados Unidos. Aunque ya no realizaba exploraciones, es reconocido como el descubridor científico de Machu Picchu y fue quien dio a conocer este sitio al mundo. Su legado continuó a través de sus escritos y las investigaciones que inspiró.
Bingham falleció el 6 de junio de 1956, pero su nombre sigue siendo asociado con la aventura, el descubrimiento y la historia de la civilización inca.
La verdadera importancia de Machu Picchu como patrimonio arqueológico no fue apreciada hasta que Bingham lo dio a conocer al mundo, su descubrimiento científico permitió las posteriores investigaciones de Machu Picchu.
Bingham solía decir “Si Colón descubrió América es justo decir que yo descubrí Machu Picchu”, siendo el primero en proclamar la importancia histórica del sitio.
Bingham hizo importantes contribuciones a la sociedad a través de la publicación de sus libros y artículos. Además, documentó detalladamente sus exploraciones en su diario de campo, dejando un valioso registro escrito de su trabajo. algunos de estas publicaciones son: