Imagina un laberinto esculpido en la roca, donde los incas no construyeron sino moldearon respetando la esencia de la Pachamama. En Qenqo, ubicado en la ciudad de Cusco, cada canal tallado, cada altar y cada símbolo es una pista hacia el corazón de la espiritualidad inca. Aquí, las ceremonias ancestrales conectaban a los incas con sus dioses, el cosmos y la tierra. ¿Qué secretos guarda este «laberinto»? Descúbrelo mientras te adentras en su magia ancestral.
Qenqo un enigma arqueológico te invita a perderse entre su misticismo y sus secretos. En este blog te enseñaremos todo lo que necesitas saber sobre este magnífico sitio.
El complejo arqueológico de Qenqo, en Cusco Perú se divide en dos sectores principales: Qenqo Grande y Qenqo Chico. Ambos presentan formaciones rocosas únicas, galerías subterráneas y estructuras talladas que reflejan el ingenio de los incas. Este complejo cumplió la función netamente religiosa, fue un lugar sagrado o huaca ceremonial religiosa.
Esta Huaca Sagrada, construida por los incas, fue escenario de rituales como sacrificios y momificaciones. Pertenecía a la Panaca Real del Inca Pachacútec, encargada de ceremonias lideradas por un Huma sacerdote. Además, servía como punto de veneracion para mallkis e ídolos camino al Antisuyo.
El nombre Qenqo deriva del quechua Q’inqu, que significa «laberinto» o «sinuoso,» hace referencia a las complejas formas y giros de los afloramientos rocosos de caliza en la zona. Refleja la profundidad simbólica y espiritual que los incas otorgaban a su entorno natural.
Segun Luis A. Pardo menciona del sitio en su libro “Historia y Arqueología del Cusco” como Hatun Q’enqo que es vericueto, osea vericueto grande, el otro vericueto chico hace referencia Q’enqo chico.
Qenqo está ubicado a unos 4 y 6 kilómetros al noreste de la ciudad de Cusco, Perú a una altitud aproximada de 3,580 metros sobre el nivel del mar. Este complejo forma parte del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán situado en el cerro Socorro, con una cordenadas geográficas de 13°30’38” de latitud sur y 71°58’18” de longitud oeste.
Para llegar a Q’enqo tienes muchas opciones, depende de tu presupuesto y tiempo disponible. A continuación te detallamos algunas opciones:
El clima en Qenqo es templado frío típico de la región, con un temperatura que fluctúa entre 10ºC a 20ºC con días soleados y noches frías.
La mejor época para visitar Qenqo es durante la temporada seca, entre abril y octubre. Durante estos meses, el clima es más estable y permite disfrutar de las vistas y los recorridos sin interrupciones por lluvias.
Horario recomendado: Visitar temprano en la mañana o al final de la tarde, te permitirá evitar multitudes y disfrutar de la tranquilidad del lugar.
La flora en Qenqo está compuesta por especies endémicas y exóticas como el ichu (Stipa ichu) que cubren las laderas y terrenos del sitio, lirio lirio (Lobelia ternera), ñuchu azul (Salvia sarmentosa), quisa (Caiophora), aya tica, queuña (Polylepis). También hay árboles como el eucalipto en gran cantidad y pequeños arbustos que se integran perfectamente con el entorno natural.
En la región habitan diversas especies animales, entre ellas aves como el picaflor (Trochilidae), el cernícalo (Falco tinnunculus) y la urpitorcaza. Además, se pueden encontrar pequeños roedores como el poronccoy (Cavia tschudii) y el pericote (Apodemus sylvaticus). De manera ocasional, los lugareños también llevan llamas o alpacas al lugar.
En el período inca, la huaca de Qenqo adquirió gran relevancia como centro ceremonial, situado en el cerro Socorro que pudo llamarse Mant’ojlla o Mantacolla; construida durante el siglo XV, en gobierno del noveno inca Pachacútec. Los incas utilizaron el sitio para realizar rituales religiosos, muchos de ellos relacionados con la agricultura y la astronomía.
Durante la colonia, con la llegada de los españoles Qenqo, fue abandonada y a su vez el sitio fue desmantelado y sus materiales fueron reutilizados para construir iglesias y casonas coloniales. Posteriormente el virrey Francisco de Toledo en 1572 impuso el decreto de la extirpación de idolatrías, impulsando a la destrucción de huacas o lugares sagrados de los indígenas, por lo que la saywas y los suqanqas (gnómones líticos) de Qenqo fueron extraídas y llevadas a Toq’ocachi con el fin de erradicar a los dioses andinos e imponer la religión católica.
En la actualidad, Qenqo es considerado un monumento arqueológico protegido y forma parte del circuito turístico de Cusco. Su valor histórico y cultural lo convierte en una parada obligatoria para los visitantes.
Qenqo perdió su denominación original con el paso del tiempo. En 1937, Luis A. Pardo lo renombró como «Qqenncco Chico». Algunos investigadores proponen que podría haber sido la Guak’a de Patallacta o incluso la casa del inca Pachacútec.
En la cima del roquedal se erige una estructura única, esculpida en un solo bloque de piedra. Está compuesta por dos protuberancias cilíndricas en alto relieve, talladas verticalmente sobre un pedestal de forma casi elíptica. El Intihuatana probablemente servía como un observatorio astronómico para medir solsticios y equinoccios, guiando las épocas de siembra y cosecha. Además en este gnomon lítico inca los sacerdotes rendían culto a sus dioses como el Sol, la Luna, Venus y las Estrellas.
La Canaleta zigzagueante está ubicada cerca del Intihuatana y tallada sobre el afloramiento rocoso. Según el historiador Victor Angles, parte de un pequeño hoyo un canal serpenteante se desplaza hacia abajo en un plano inclinado que luego se bifurca en dos canales menores. Uno de sus ramales dirige el líquido hacia la Cámara subterránea o Sala de Sacrificios. Este líquido podría haber sido sangre de sacrificios rituales (de animales o humanos) ofrecidos a los dioses, o la bebida sagrada llamada Ajha, conocida como chicha de jora.
Además, en la roca se observan elementos de la connotación religiosa, siendo la representación de la serpiente (Amaru), una cabeza de un felino y un ave que son los de la trilogía andina.
Se trata de una área semicircular de 55 metros de largo con 19 nichos ceremoniales incompletos distribuidos en el lienzo pétreo. En la parte central delante del roquedal se levanta un monolito de 6 metros de altura que aparenta ser un puma sobre un sólido pedestal rectangular. Este monolito in situ muestra haber sido una gigantesca escultura, que tiene rastros de haber sido destruido por los extirpadores de idolatrías.
Este anfiteatro en el incanato fue un enorme templo para las ceremonias públicas donde se rendía culto y descanso rituales, en cada asiento incompleto u hornacinas a los mallkis, wayqes, otros ídolos y objetos se veneraban.
Las galerías subterráneas son los túneles o pasajes excavados en la roca que conectan los espacios sagrados de gran importancia espiritual y simbólica. Probablemente tenían fines rituales.
Esta cámara subterránea es semicircular y semiartificial, se encuentra en el interior de un afloramiento rocoso, donde se realizaban sacrificios o rituales de momificación. La roca fue cuidadosamente tallada moldeando techos, paredes, mesas y nichos con notable precisión.
Destaca por poseer una mesa o altar utilizada en ceremonias para embalsamar a la nobleza inca, conocida como los «orejones», o en sacrificios humanos y de llamas en honor a los dioses incas. Este altar está asociado a escalones y alacenas, además de un angosto pasaje que conduce a un oscuro sótano, añadiendo un aire de misterio al lugar.
Q’enqo Chico presenta una estructura casi circular con características destacadas como escalones, escaños, nichos y acueductos. Sus contornos evidencian antiguas murallas, que en su tiempo debieron alcanzar alturas significativamente mayores a las actuales.
El bosque de Qenqo, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destaca por su singular belleza y biodiversidad. Este espacio natural, único en el mundo, alberga una impresionante variedad de árboles exóticos, entre ellos los majestuosos e imponentes eucaliptos, que contribuyen a su encanto incomparable.
Sacsayhuamán, una majestuosa fortaleza inca, se alza imponente cerca Qenqo a solo 4 kilómetros al norte de la ciudad imperial. Este sitio arqueológico destaca por ser un templo ceremonial con sus muros de piedra como baluartes zigzagueantes, torreones, portadas, chinacanas, rodaderos o suchunas, muralla, andenes y acueductos. Hoy en día, Sacsayhuamán es el escenario central del Inti Raymi, la emblemática Fiesta del Sol, que celebra las tradiciones y cultura del Cusco.
El Cristo Blanco, una majestuosa estatua de ocho metros de altura, se alza con los brazos abiertos, simbolizando protección y acogida para la ciudad del Cusco y sus habitantes. Además de su valor histórico, este emblemático monumento sirve como un mirador excepcional, brindando una de las vistas panorámicas más impactantes de la ciudad.
Puca Pucara, conocida como la «Fortaleza Roja», se encuentra a solo 1 km del sitio arqueológico de Tambomachay. Este lugar cumplió una función militar clave, sirviendo como puesto de control y vigilancia para proteger el valle del Cusco. Además, probablemente operó como un tambo, ofreciendo descanso a los incas y formando parte del sistema defensivo de la ciudad.
Conocido como «El Baño del Inca», un lugar ceremonial relacionado con culto al agua, sobresale por sus ingeniosos sistemas hidráulicos. Situado a 6 kilómetros de Cristo Blanco, a una altitud de aproximadamente 3,700 metros sobre el nivel del mar, este sitio servía como un espacio de descanso para los incas. Además, aquí se realizaban rituales en honor al agua, un elemento que consideraban sagrado.
Para acceder a Qenqo y otros sitios arqueológicos cercanos como Sacsayhuamán y Tambomachay y Puca Pucara, necesitas el Boleto Turístico del Cusco. Este boleto incluye la entrada a múltiples atracciones y puede ser adquirido en Cusco. Además el boleto turístico integral te permite acceder a 16 destinos.
Este boleto es válido por un dia, te permite visitar cuatro increíbles sitios arqueológicos dentro del Parque de Sacsayhuamán:
Los boletos se pueden adquirir en la boletería del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán o en puntos de venta autorizados en Cusco.
El ingreso está incluido en el boleto turístico de Cusco, cuyo precio varía según la duración y el número de sitios que incluye.
Tipo de Boleto | Turista Extranjero | Turista Nacional | Vigencia |
Boleto Parcial – Circuito I | S/. 70.00 (19 USD) | S/. 40.00 (11 USD) | 1 días |
Boleto turistico Integral | S/. 130.00 (35 USD) | S/. 70.00 (19 USD) | 10 días |
Qenqo era un centro ceremonial dedicado a rituales religiosos y espirituales. Se cree que simbolizaba la conexión entre los mundos terrenal y divino en la cosmovisión andina.
Los incas realizaban sacrificios simbólicos, ofrendas a los dioses y rituales de purificación. Los canales tallados se usaban para verter líquidos sagrados como chicha.
Los incas respetaban las formas naturales como sagradas y creían que modificar la roca natural mantenía una conexión más fuerte con la Pachamama (Madre Tierra).
Qenqo era un espacio de integración entre el mundo físico y el espiritual, donde los incas veneraban a sus dioses y buscaban armonía con la naturaleza.
Usaban herramientas hechas de piedra, bronce y cobre, combinadas con arena y agua para desgastar y moldear la roca caliza con precisión.
Los canales podrían representar el flujo de energía o servir para ritos con líquidos sagrados. También simbolizaban la conexión entre los elementos naturales y el mundo espiritual.
Sí, al igual que otros sitios incas, Qenqo se alinea con fenómenos como solsticios y equinoccios, lo que refleja su importancia como un lugar sagrado relacionado con el calendario agrícola y ceremonial.
Existen representaciones geométricas y figuras simbólicas, como animales asociados a la cosmovisión inca: el puma (fuerza), la serpiente (sabiduría) y el cóndor (espiritualidad).
Q’enco cuenta con espacios naturales en sus alrededores y es perfecto para reuniones al aire libre y picnics en plena naturaleza.