Salapunku, ubicado en el Km 82 del Camino Inca, es un impresionante sitio arqueológico que combina la ingeniería inca con un entorno natural único. Su nombre, que significa «Puerta de la Roca» en quechua, refleja su función como entrada ceremonial y administrativa a los senderos que conectaban Cusco con Machu Picchu. Aunque menos conocido que otros destinos, Salapunku ofrece una experiencia auténtica para quienes buscan explorar la rica herencia inca.
Salapunku es un sitio estratégico y ceremonial que formaba parte del extenso sistema de caminos incas, conocido como Qhapaq Ñan. Este lugar fue diseñado como un punto de control y ritual para quienes transitaban hacia Machu Picchu. Su ubicación privilegiada, cerca del río Urubamba y rodeada por montañas, resalta la visión de los incas de integrar la arquitectura con la naturaleza.
El sitio destaca por sus portales de piedra, terrazas agrícolas y canales hidráulicos, símbolos del dominio inca en la planificación y construcción.
Construido durante el apogeo del Imperio Inca, probablemente bajo el mandato de Pachacútec, Salapunku sirvió como una puerta de acceso al Valle Sagrado. Era utilizado tanto para fines administrativos como ceremoniales, funcionando como un espacio de bienvenida y purificación para quienes ingresaban a las rutas sagradas.
Las estructuras del lugar, orientadas según los movimientos solares y las montañas, reflejan su importancia en rituales relacionados con la agricultura, la fertilidad y la conexión con los dioses andinos.
Salapunku se encuentra en el punto de partida del Camino Inca en el Km 82, fácilmente accesible desde Cusco.
El portal de piedra, tallado con precisión, es la característica más icónica de Salapunku. Esta estructura simboliza la entrada a un espacio sagrado y demuestra la habilidad arquitectónica de los incas.
Diseñadas para maximizar el uso del terreno montañoso, estas terrazas también funcionaban como parte del sistema de control de agua, esencial para la agricultura.
El sistema de canales muestra la avanzada tecnología hidráulica de los incas. Estos no solo distribuían el agua de manera eficiente, sino que también cumplían funciones ceremoniales.
Desde Salapunku se pueden admirar vistas espectaculares del río Urubamba y los Andes, que aportan un ambiente sereno y majestuoso al lugar.