Runkurakay es uno de los sitios arqueológicos más fascinantes del Camino Inca clásico de 4 días. Ubicado a 3,800 metros sobre el nivel del mar, este misterioso lugar sirvió como una atalaya y punto de descanso estratégico para los viajeros y mensajeros incas que recorrían el Qhapaq Ñan. Su estructura circular, única en comparación con otras construcciones incas, y su ubicación privilegiada ofrecen a los caminantes una experiencia inolvidable en su travesía hacia Machu Picchu.
Runkurakay, que en quechua significa «la casa redonda», es un complejo arqueológico compuesto por una estructura circular rodeada de terrazas y pequeños recintos adicionales. Este sitio es un excelente ejemplo de la integración de la arquitectura inca con el entorno natural, adaptándose perfectamente a las laderas de las montañas.
Se cree que Runkurakay tenía una función militar y ceremonial, además de servir como un tambo o estación de descanso para los chasquis (mensajeros incas) y los peregrinos que seguían el Camino Inca. Desde su ubicación estratégica, los incas podían observar y controlar las rutas de acceso hacia la selva montañosa y las tierras bajas.
Construido durante el apogeo del Imperio Inca, Runkurakay fue parte de la red de caminos que conectaban Cusco con los principales centros administrativos, ceremoniales y agrícolas del imperio. Este sitio refleja el ingenio de los incas para construir asentamientos en terrenos desafiantes, aprovechando las montañas como defensa natural.
Además, su diseño circular, poco común en la arquitectura inca, sugiere que tenía un significado especial, probablemente relacionado con rituales astronómicos o ceremonias religiosas. Los incas utilizaban Runkurakay como un lugar de transición, donde los viajeros podían descansar, realizar ofrendas y prepararse para continuar hacia Machu Picchu.
Runkurakay se encuentra en el segundo día del Camino Inca clásico, a medio camino entre el campamento de Pacaymayo y el paso de Runkurakay, que se eleva a 3,950 metros sobre el nivel del mar.
La estructura principal de Runkurakay es una construcción circular, algo raro en la arquitectura inca. Esta forma podría haber tenido un significado simbólico, relacionado con la armonía y la conexión espiritual.
Runkurakay está rodeado de terrazas que se utilizaban para la agricultura o para evitar la erosión. Desde aquí, los visitantes disfrutan de vistas espectaculares del valle y las montañas cercanas.
El sitio está estratégicamente situado para controlar el paso hacia los tramos más altos del Camino Inca, lo que sugiere que también cumplía una función militar.
Rodeado por un bosque nublado y montañas, Runkurakay ofrece un ambiente tranquilo y sereno, perfecto para reflexionar sobre la grandeza del mundo incaico.